Ahora si que si. 12 horas mas y con los pies en el aeropuerto de Santiago que estoy. Eso si me lleva Evelyn pa llorar juntos. Sera la ultima de las personas que vere de las que he conocido,ahora ya amigos, en esta aventurilla en solitario. Aunque nunca se esta solo, siempre hay un rayo de luz, una estrella, un pajaro que corta el viento, una rama que zarandea sus hojas... incluso en lo profundo de la noche oscura siempre te acompaña el silencio, y yo pienso: "que suerte la de los que podemos escuchar esta sintonía..." y eso le calma a uno el animo, y le hace abandonar el sentimiento de soledad, saber que siempre hay alguien al otro lado pensando: "joder que guapo colega".
Otra vez se me escapan las teclas. 12 horitas de vuelo, 7 de diferencia horaria... vamos, que salgo a las 12 de la mañana de un jueves y llego a las 7 de la mañana del viernes.. Cuerpo jota aparte, me recreo en el pensar en esos cajones llenos de calcetines, esa ducha que da pena abrirla por quitarle el brillo con el que resplandece, esa alfombrilla que permanece blanca esperando ser pisada, y nuestro amigo roca (me abstengo de hacer comentarios...)
Y bueno, después de pasar 12 horas en el avión, acordándote de Carlos, Daniel, Edgardo, Don Gobi, Euge, Laura, Nico, Pablo, Thomas, Evelyn, Harried, Cote, Alonso, Ines, Viky, Rolando, y tantos otros que no recuerdo su nombre, empezara a hervir la sangre en el corazón al pensar lo poco que falta pa compartir y abrazar a la familia, bacilar y reír con los colegas, tomar ese solecito en una terraza y poder decir, jefe!!!, me pone otra jarrita fresquita!! y tomarme un buen cocido madrleño, que hostias, que se hecha también de menos.
Por fin he cumplido uno de los retos de mi vida, viajar solo por mas de un mes por otro continente. Y creerme si os digo que no ha sido pa tanto en lo malo, e increible en lo bueno, porque de todo hay en la viña del señor... Ayer mismo sin ir mas lejos, me fui de Valparaiso al parque nacional la campana y cuando estaba a 100 metros de la cumbre del pico mas alto de la cordillera de (Carlos me acaba de invitar a la 403 a la jodita de la ultima noche, si es que esto da mas vueltas que un trompo...) la Costa, pasando por zona con placas de hielo (no fue pa tanto, pero como no estabais..., eso si, pa romperse la otra mano si que daba la cosa), que me voy por los cerros. Taba en lo de a cien metros, lo que no os he contado es que también estaba a 4 horas de camino de vuelta hasta tierra civilizada, pero yo entonces no le prestaba atención, como os decía en otra entrada del blog vivo el presente (fuera de casa, carpe diem). Extasiado en la contemplación de un sin fin de montañas que se amontonaban en el horizonte, adivinándose el pacifico al fondo, sabedor que al otro lado se alzaba el Aconcagua, oculto por la cumbre del cerro la campana, un cielo carmín, salmón, no sabría decirlo con certeza, poro te emborrachabas la vista mirando el infinito, me senté y me fume el cigarrito correspondiente de estos momentos que le brinda a uno la vida. Pero entonces cai, no monte abajo por un resvalon en el hielo, sino que la consciencia volvió: Después del atardecer viene la noche, y yo con una linterna que funcionaba cuando le parecía. Y comencé a bajar, que bonito es subir y que distinto es bajar cuando tienes los minutos contados. Pero pase la zona de nieve y hielo, y como el rió me deje caer por el valle. Y entonces hallabame yo cantando por Camaron cuando salio la luna, y entendí aquello de la luna que no se cansa de girar en este mundo, y lo de quedate conmigo y no te vallas. Y esa luna lunera me alumbro el camino entre las sombras de los arboles; que paseo mas terrorífico podría haber sido si me hubiera puesto a pensar en el ¿y si...? pero no, estaba ene ahora, siguiendo los pasos de Darwin en la noche chilena. Y llegue abajo y me perdí, pero me volvi a encontrar, y todo quedo para un gran brindis por los momentos vividos y los sueños......
Bueno locos, ahora si que si,Aaaaaagur, CONCHA SU MADRE QUE BIEN LO HE PASADO